Observemos cómo los datos de entrada serían el CD a reproducir; el proceso estaría representado por
los pasos dados con el reproductor para ponerlo en funcionamiento; mientras que la salida sería la
música reproducida que escucharíamos.
Cuando finalicemos la escritura de un algoritmo, es muy conveniente realizar una ejecución de prueba
para el mismo, empleando datos reales para comprobar que el resultado es el adecuado. En el caso de
que obtengamos resultados no esperados, o bien, consideremos que es posible optimizar el proceso de
ejecución del algoritmo, modificaremos las partes que consideremos necesarias para mejorarlo; este
proceso se denomina depuración o refinamiento.
Tomando este concepto de depuración, y aplicándolo al anterior algoritmo para escuchar un CD,
podríamos refinar el proceso añadiendo los elementos adicionales que se muestran en el Código fuente
3.
2. Tomar un CD
3. Pulsar el botón de encendido del reproductor
4. Abrir la bandeja del reproductor
5. Introducir el CD en la bandeja
6. Cerrar la bandeja
7. Ajustar el volumen
8. Pulsar el botón de comienzo
9. Escuchar la música
10. Fin
Código fuente 3
De esta manera tenemos en cuenta otros factores como el hecho de que el reproductor pueda estar apagado o el volumen de reproducción no sea el adecuado. Una vez que hemos realizado el análisis del algoritmo, necesitamos un elemento que nos permita representarlo. Si bien no existe una técnica única para la representación de algoritmos, disponemos de algunas que, dadas sus características, nos facilitan dicha tarea, por lo que son mayormente utilizadas. Entre los medios para la creación de algoritmos, tenemos los diagramas de flujo, el pseudocódigo, y los diagramas Nassi-Schneiderman.
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