Remontándonos a los tiempos de las aplicaciones en modo texto, bajo MS-DOS, con los lenguajes y
herramientas de programación disponibles en aquella época, los pasos para la creación de un
ejecutable descritos en un apartado anterior, debían ser realizados por el programador de forma
manual, ya que todos los elementos utilizados para la creación del programa se encontraban separados.
Disponíamos por un lado, de un programa que consistía en un editor de código fuente, por otro, el
compilador, enlazador, librerías de utilidades, etc.
Sin embargo, la llegada y evolución de los entornos de desarrollo integrados (IDE, Integrated
Development Environment), que incorporan en una sola aplicación todos los elementos necesarios
para el desarrollo de programas, estas tareas se han automatizado hasta tal nivel, que el programador
sólo necesita escribir el código del programa, mientras que los pasos de compilación, enlazado y
generación del ejecutable las realiza internamente el propio entorno.
La aparición de la tecnología .NET, sorprendentemente, proporciona al programador, si este lo desea,
una forma de trabajo a la antigua usanza; disponiendo también de un sofisticado entorno de desarrollo,
que será probablemente el medio de desarrollo más habitual.
Programando con VB.NET podemos optar por ambos modos de trabajo: a través de utilidades
separadas, ejecutadas en una ventana MS-DOS o Windows; o bien, empleando Visual Studio .NET (VS.NET, como también lo denominaremos a lo largo del texto), el IDE o herramienta de desarrollo
de la plataforma.
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