Para solventar los problemas derivados de la programación lineal apareció la programación
procedural, que se basa en tomar el código de un programa y dividirlo en partes lógicas con entidad
propia, denominadas procedimientos o rutinas de código.
Cada procedimiento se ocupa de resolver una tarea específica, de modo que partiendo de un
procedimiento inicial o de nivel superior, se llamará a otro procedimiento para que ejecute un
determinado trabajo, y al finalizar, se devolverá el control o flujo de la ejecución al procedimiento que
hizo la llamada. Véase el esquema de la Figura 21.
Figura 21. Esquema de ejecución del código en programación procedural.
Mediante esta técnica, el ejemplo del cálculo de facturas planteado en el apartado anterior puede
enfocarse de un modo mucho más optimizado, ya que sólo necesitaremos escribir el código del
proceso que realiza la totalización y cálculo de impuestos una vez, situarlo en un procedimiento, y
llamarlo las veces que haga falta. La Figura 22 muestra el esquema de ejecución del código de dicho
ejemplo.
Dentro de la programación procedural se utiliza también el concepto de módulo, para hacer referencia
a una entidad contenedora de procedimientos. Esto quiere decir que podemos utilizar los módulos para
agrupar funcionalmente o por tipos de proceso, los procedimientos que forman parte de un programa.
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